MENDOZA.- La industria vitivinícola enfrenta su peor momento en las últimas dos décadas.
La caída generalizada del consumo de vino a nivel global, combinada con diferentes variables del contexto macroeconómico, puso al sector en jaque.
No obstante, en la Argentina, tiene una ventana de oportunidades que, para ser capitalizadas, la agenda de los próximos años deberá estar marcada por la profesionalización de cara al cliente en toda la ruta al mercado..